El encuentro ha contado con la participación de diferentes expertos nacionales e internacionales que han revisado temas como la importancia del papel de la inmunoglobulina E (IgE), cuyo descubrimiento cumple 50 años, en las enfermedades alérgicas en general y en el asma alérgica en particular.
Alrededor de 300 millones de personas en el mundo padecen asma. En España, la patología afecta a cerca de un 11% de los niños entre 6 y 7 años, a un 9% de los adolescentes entre 13 y 14 años y a un 5% de la población adulta. Se estima, además, que «alrededor del 10% de la población asmática padece asma grave», ha señalado el codirector de la Universidad del Asma Grave, César Picado.
«Estos pacientes –ha añadido Ignacio Jesús Dávila González, también codirector de la Universidad del Asma Grave– suelen padecer un asma evolucionada, en algunos casos de inicio en la infancia, pero en la mayoría de las ocasiones, iniciada en la edad adulta, con exacerbaciones frecuentes y disminución de la calidad de vida».
Además, el 5% de los pacientes asmáticos padecen asma grave no controlada. «El control es un aspecto esencial en el asma, pero particularmente en el asma grave. Un mal control se asocia con un mayor riesgo de exacerbaciones, menor calidad de vida y mayor utilización de recursos y medicación», ha puntualizado Dávila. De hecho el asma, después de la EPOC, es la enfermedad respiratoria que causa mayor número de días de absentismo laboral.
Papel de la IgE
La IgE es un tipo de anticuerpo que está implicado en las alergias y en la respuesta inmune contra los posibles agentes patógenos. El descubrimiento de la IgE hace 50 años representó un avance fundamental en el conocimiento de los mecanismos responsables de las reacciones alérgicas.
«El importante papel de la IgE en el asma grave se ha descubierto gracias al uso del omalizumab, pues se ha podido comprobar que la IgE ejerce funciones mucho más complejas de lo que se suponía antes de que se empezara a emplear este tratamiento del asma», ha explicado Picado, quien ha añadido que «este avance ha mostrado que la gravedad del asma puede presentarse en pacientes con niveles de IgE muy diferentes, pero que en todos los casos el bloqueo de su acción puede tener resultados positivos para mejorar el curso de la enfermedad».