El 50% de los pacientes abandonan el tratamiento de la depresión antes de los 6 meses recomendados

Cerca del 30% de los pacientes con depresión abandonan el tratamiento durante el primer mes y hasta un 50%, a los 3 meses. Este abandono precoz comporta una serie de consecuencias perjudiciales como son el riesgo de evolución crónica del trastorno, el aumento de posibles recaídas, así como el deterioro de la funcionalidad y calidad de vida del paciente. Por este motivo, es fundamental que el médico de atención primaria sea capaz de educar al paciente en su enfermedad, explicarle de forma clara y sencilla los aspectos claves de su enfermedad, y de responsabilizarle de su propio tratamiento, explicándole los efectos positivos de cumplirlo, así como los riesgos de dejarlo.

Para evitar el número de recaídas, los expertos afirman que, además de mantener el tratamiento farmacológico en todos los pacientes, al menos durante 6 meses tras la remisión del episodio depresivo, la psicoeducación es eficaz y un fuerte protector frente al desarrollo de la depresión. No se trata de una tarea fácil. Los pacientes depresivos son muy heterogéneos, con distintas motivaciones y capacidad para entender y aceptar la enfermedad. Lo mismo sucede con la familia. El médico no puede olvidarse de implicar a la familia del paciente, no sólo porque se ve afectada por el trastorno que sufre uno de sus miembros, sino porque es un agente altamente influyente en su recuperación.

Por ello, y con el fin de colaborar en la labor psicoeducativa de los médicos de Atención Primaria, la Organización Médica Colegial de España (OMC) y la farmacéutica Lilly han presentado la Guía de Buena Práctica Clínica en Psicoeducación en pacientes con depresión, una 'hoja de ruta' para ayudar al profesional a guiar al paciente y a su familia en el proceso de curación.

El contenido, avalado por el Ministerio de Sanidad, ha sido elaborado a partir de la experiencia de cuatro profesionales de la salud: Enric Aragonès, médico de familia del Centro de Atención Primaria de Constantí (Tarragona); Narcís Cardoner, médico del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitari de Bellvitge (Barcelona); Francesc Colom, de la Unidad de Psicoeducación y Área de Tratamiento Psicológico de una Unidad de Trastorno Bipolar del Hospital Clínic de Barcelona; y Germán López, enfermero especialista en salud mental del Centro de Salud Salou (Tarragona).

El material docente para los profesionales va acompañado de cuatro materiales didácticos para los pacientes y sus familiares, que se corresponden con cada uno de los módulos que estructuran la Guía: enfermedad, tratamiento, autocuidado y familia.

Las claves: no abandonar, fijar retos alcanzables y fomentar la comunicación

Reducir las cifras de abandono es, sin duda, uno de los grandes retos para los profesionales que tratan a pacientes con trastornos depresivos. Según Cardoner, «la mayoría de pacientes responden al tratamiento con antidepresivos a las 6-8 semanas, pero sólo un 30-40% logra la remisión en este tiempo. Sin embargo, si se éste se prolonga, hasta un 70% de los pacientes alcanza la remisión. De ahí la importancia de seguir con el tratamiento y ensayar nuevas opciones terapéuticas, si no se consiguen lo resultados deseados a la primera. Transmitir esta idea es importante para evitar que el paciente se desmoralice, reduciendo así el riesgo de abandono».

Asimismo, otro de los retos es conseguir que el paciente recupere la autoestima. Para ello, el médico debe enseñar al paciente a identificar sus emociones, a controlar los pensamientos negativos y a manejarse en el día a día, planteándole retos modestos y asequibles. «Pactar con el paciente una hora para levantarse de la cama; obligarle a ducharse y vestirse cada día, salir de casa aunque sólo sea a buscar el pan o dar la vuelta a la manzana, y realizar al menos 3 comidas al día, son algunos objetivos que puede plantear el médico», apunta Colom.

Por otro lado, es importante no dar por supuesto que la familia del paciente entiende en qué consiste esta enfermedad. Existen muchas falsas creencias en torno a la depresión que motivan actitudes erróneas hacia ella. En este sentido, el enfermero Germán López recuerda que parte de su papel es «advertir a la familia que la información que encuentran sobre depresión en libros de autoayuda o internet no siempre es información rigurosa. De ahí la importancia de establecer un relación fluida con la familia para informarla y asesorarla en sus dudas y preguntas. Estos materiales serán de gran ayuda para esta tarea».

La comunicación abierta y directa con el paciente también es fundamental, especialmente cuando se trata de temas tan delicados como el pensamiento suicida. Las ideas suicidas son frecuentes en el paciente deprimido y es un síntoma más del cuadro clínico. De ahí que Aragonés anime a los médicos a hablar de ello con sus pacientes, puesto que «"al hablar de estos pensamientos (que el paciente suele tener, pero no verbaliza) y normalizarlos explicándole que es un síntoma habitual de la enfermedad, se ayuda al paciente a reducir la angustia y el sentimiento de culpa».

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