×

Advertencia

JUser: :_load: No se ha podido cargar al usuario con 'ID': 915
JUser: :_load: No se ha podido cargar al usuario con 'ID': 834


En primera línea contra la tuberculosis

Este año para conmemorar el Día Mundial de la Tuberculosis hemos querido ver cómo trabajan médicos y profesionales sanitarios que están en la primera línea de la lucha contra esta enfermedad; los que se encargan de mantener a raya una infección que no entiende de clases sociales, pero que resulta más difícil de vencer allí donde los prejuicios o la pobreza han echado raíces.

Un buen ejemplo de trabajo comunitario lo constituye la Unidad de Prevención y Control de la Tuberculosis, ubicada en el CAP Drassanes (Barcelona) y que es lo más cercano a una «atención primaria» de la tuberculosis. Neus Altet, pediatra, neumóloga y experta en tuberculosis, es miembro fundador de esta unidad, que cuenta con cinco médicos y cinco enfermeras, ofrece asistencia de lunes a viernes de 8 de la mañana a las 8 de la tarde, y que durante 2010 atendió a 126 enfermos e hizo unos 750 estudios de contactos, aproximadamente la mitad de los que se producen cada año en Barcelona.

Según nos cuenta Altet, los pacientes suelen llegar a la unidad derivados por los pediatras o los médicos de cabecera, en la mayoría de los casos con resultados positivos de la prueba de la tuberculina. «Para nosotros la simple sospecha de infección es una urgencia absoluta, y en el mismo día hacemos la primera visita, la radiografía de tórax, vemos los resultados y les entregamos en mano la medicación que necesitan hasta la próxima visita, que también queda ya concertada», señala Altet.

Asimismo, desde la Unidad se pone en marcha el estudio de los contactos comunitarios, que abarca desde las personas que conviven con el paciente a los compañeros de trabajo o cualquier persona que sume un total de 8 horas semanales de convivencia. «Los niños tienen siempre prioridad absoluta en los estudios de contacto –señala Altet– y visitamos a todos, tanto si tienen tuberculina positiva o negativa. A los primeros les damos el tratamiento convencional y a los que han dado negativo y tienen radiografía de tórax normal les damos tratamiento preventivo, que puede durar entre 8 y 12 semanas. Por eso es muy importante que los médicos dediquemos el tiempo necesario para informar bien a los padres y hacer un seguimiento de los pacientes, porque no le puedes decir a alguien que tome pastillas durante tres meses y que vuelva cuando acabe... Nosotros los visitamos cada mes para vigilar que no haya toxicidad a causa del tratamiento, les hacemos examen de orina para comprobar que realmente están tomando la medicación y les pesamos para ver si hay que modificar la dosis. El hecho de hacerles venir es un motor para su motivación en seguir el tratamiento», asegura.

Buena comunicación, tiempo para cada paciente y hacer un buen seguimiento activo de los pacientes son, en la experiencia de Altet, las claves para conseguir buenos resultados en la lucha contra la tuberculosis. Sin embargo, los elementos están en contra, pues las barreras idiomáticas son habituales en una enfermedad muy frecuente entre inmigrantes que llegan procedentes de áreas endémicas (se estima que en Barcelona hasta un 30% de los inmigrantes llegan enfermos) o de otros que aunque llevan más tiempo aquí siguen viviendo en condiciones higiénicas muy deficitarias. Así, los servicios de traductores y mediadores culturales son requeridos con frecuencia en la unidad para poder entenderse con los pacientes y los diez minutos destinados a cada paciente según la agenda oficial se transforman en visitas que se prolongan durante más de una hora. No obstante, los resultados obtenidos en esta unidad demuestran que la profesionalidad y el voluntarismo de los profesionales consiguen que a pesar de todos estos inconvenientes el 93% de los pacientes culmine con éxito el tratamiento, y sólo se «pierdan» o abandonen un escaso 0,58%.

Pacientes muy difíciles

Si el tratamiento ambulatorio de la tuberculosis ya es complicado de por sí, a veces las cosas pueden ponerse mucho más difíciles. En la zona alta de la ciudad hemos visitado un centro de hospitalización específico para pacientes tuberculosos (el único existente en el país en estos momentos) y la sede central del Equipo de Terapia Observada Directamente Ambulatoria (ETODA). Estos servicios son gestionados por Serveis Clínics, una empresa concertada con la sanidad pública catalana. Se trata de dos abordajes hechos a medida para cubrir las necesidades de los pacientes más difíciles, ya sea por las características clínicas de su enfermedad o por sus circunstancias de exclusión social, y que constituyen algo así como la última frontera para mantener la infección bajo control y evitar su expansión.

Según nos cuenta el doctor José Maldonado, responsable de Serveis Clínics, esta clínica, que cuenta con 50 camas, algunas de ellas en régimen de aislamiento, es actualmente centro de referencia para retratamiento. Aquí los pacientes tienen una estancia media de 3 meses, si bien algunos rompen cualquier promedio y llegan a permanecer en el centro durante 2 años si padecen tuberculosis multirresistentes de difícil tratamiento y se hallan en situación de exclusión social o bien porque han sido ingresados por orden judicial por negarse a seguir los tratamientos y permanecen aquí bajo vigilancia policial hasta conseguir la curación.

Desde este centro se gestionan también los equipos ETODA, que en Catalunya funcionan desde 1995 y actualmente tienen sede en Barcelona y Lérida capital, y en las comarcas de Costa Ponent, Barcelonès Nord y Maresme. Se trata de equipos formados por enfermeros o auxiliares que se desplazan en motocicleta por su «área de influencia» y cuya función principal es llevar la medicación cada día allí donde el paciente desee: a su casa, a la salida del trabajo, o incluso al banco de un parque. En estos encuentros los agentes de salud se aseguran de que el paciente ingiera realmente la medicación (o se les pincha en aquellos casos de tuberculosis multirresistente en que es preciso) y firme en la hoja de registro de su tratamiento. «Muchas veces –señala Maldonado– los agentes necesitan utilizar incentivos para que estos pacientes acudan a las citas o vuelvan a retomar el tratamiento si lo han dejado durante algunos días, y es frecuente que les lleven un bocadillo y un zumo, que les proporcionen ciertos alimentos básicos o que les faciliten el contacto con los servicios sociales para la gestión de ayudas».

Los resultados muestran que aún en circunstancias tan complicadas, estas actuaciones recomendadas por la OMS son efectivas. A pesar de que un 19% de los pacientes de Serveis Clínics tiene tuberculosis multirresistente actualmente están obteniendo la curación absoluta en el 80-90% de las personas tratadas.

Valora este artículo
(0 votos)
  • Modificado por última vez en Martes, 23 Abril 2013 06:21
Más en esta categoría: ¿Cuándo viene Nika? »


Deja un comentario

El farmacéutico hospitales es una web para profesionales sanitarios.
En ningún caso se publicarán ni se responderán consultas médicas realizadas por pacientes.

Siete Días MédicosEl FarmacéuticoEl Farmacéutico JovenActa PediátricaEspacio Asma

La revista el farmacéutico hospitales y su web son un producto de Ediciones Mayo S.A. destinado a los farmacéuticos de hospital. Los contenidos de la revista y la web requieren de una formación especializada para su correcta interpretación. En ningún caso la información proporcionada por el farmacéutico hospitales reemplazará la relación de los profesionales farmacéuticos con los pacientes.