El experto ha incidido en la importancia de esta herramienta en el abordaje integral de la coinfección por los virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y de la hepatitis C (VHC). “Entre el 30 y el 50% por ciento de las personas con VIH también tienen hepatitis C. Se trata de la principal comorbilidad en estos pacientes, y la interacción de ambas enfermedades conlleva un empeoramiento de la función hepática”. Berenguer ha subrayado la necesidad de “valorar el estadio de fibrosis del hígado para frenar la progresión de la enfermedad, y por tanto el riesgo de mortalidad”.
Por este motivo, los responsables del proyecto ABBACO, que cuenta actualmente con 22 dispositivos con un sistema de rotación para llegar a los centros hospitalarios de toda España, han apostado por continuar con la expansión y mejora en el acceso a esta herramienta. “Sin duda, se trata de una iniciativa de gran valor para nuestra práctica clínica que supone un claro compromiso en la mejora de la calidad de vida de los pacientes con hepatitis C”, ha subrayado el presidente de GESIDA.