La crisis económica, junto con otros muchos factores difíciles de perfilar, han provocado que la sanidad pública catalana se halle en una situación crítica. El nuevo Gobierno autonómico de Convergència i Unió (CiU) asegura que se ha encontrado con las arcas vacías y el nuevo consejero de Salud, Boi Ruiz, puso sobre el tapete la necesidad de recortar en 1.000 millones de euros el presupuesto destinado a la sanidad con un discurso que ha puesto en su contra una gran parte de los profesionales.