Los médicos reclaman eficiencia frente a los recortes

Los médicos, que han sufrido los ajustes salariales en la función pública, afirman no estar dispuestos a permitir la pérdida en la equidad y calidad de las prestaciones. A través del Foro de la Profesión Médica, reclaman más eficiencia en lugar de recortes, y para ello han hecho diferentes propuestas.

A medida que finalizaba 2011 se ha ido imponiendo la dura realidad de los recortes presupuestarios en sanidad. Con un panorama político prácticamente monocolor tras las elecciones generales, 2012 arranca con unos objetivos de reducción del déficit en la función pública que repercuten sobre los servicios sanitarios en forma de reducción de plantillas, aumento de la carga de trabajo y recortes salariales que en algunos casos llegan a una pérdida del 20% de la remuneración y han provocado, como en Cataluña, un abierto enfrentamiento sindical con la Administración. Las medidas de ahorro que están adoptando las Comunidades Autónomas y las que se esperan del Gobierno central pueden tener consecuencias imprevisibles sobre la equidad y la calidad de las prestaciones, como ya han alertado los profesionales sanitarios y los médicos en particular a través de sus entidades representativas, que en los últimos meses, han venido realizando diferentes propuestas. El objetivo es mejorar la eficiencia del sistema sanitario y la premisa es que, antes de aplicar recortes tan drásticos, hay un amplio margen de mejora de la gestión.

Con la anterior legislatura a punto de finalizar, la asamblea general de la Organización Médica Colegial advirtió de que «la necesidad ineludible de cumplimiento estricto de los objetivos de déficit público ha desencadenado recortes apresurados e indiscriminados en el presupuesto de gasto sanitario de determinadas CC.AA., de consecuencias imprevisibles. Al médico le corresponde, desde su ética profesional y social, hacerse partícipe de la solución que las consecuencias de la crisis están provocando en nuestras instituciones sanitarias, pero, sobre todo, le toca gestionar y responder a las necesidades de salud de los ciudadanos y muy especialmente de los más enfermos, más desfavorecidos, más débiles y menos informados». Para los representantes colegiales, la profesión médica «no puede aceptar recortes en la financiación sanitaria que provoquen pérdidas de calidad en la asistencia a sus pacientes, cuando además es posible que sus efectos puedan recaer especialmente en los más pobres, débiles, ancianos, desfavorecidos e indefensos. El médico éticamente debe rechazar estos ajustes indiscriminados e irracionales, denunciar sus consecuencias y rebelarse pacíficamente ante ellos».

La asamblea de la OMC apelaba al poder político para que lidere «un SNS sostenible y equitativo, bien gobernado en el ámbito institucional y gestionado con eficiencia y racionalidad técnica». También incluyó una serie de propuestas que poco tiempo después fueron recogidas en un manifiesto del Foro de la Profesión Médica, integrado por la Organización Médica Colegial (OMC); la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM); la Federación de Asociaciones Científico-Medicas Españolas (FACME); el Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud (CNECS); la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina (CNDFM); y el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM).

Demografía médica

Con posterioridad a este manifiesto (ver sus propuestas en el recuadro adjunto), el Foro de la Profesión Médica presentó un Estudio de Demografía Médica que viene a destacar la importancia que este aspecto tiene en la mejora de la organización y eficiencia del sistema sanitario. El estudio está orientado a ofrecer un perfil descriptivo de la evolución reciente del sistema sanitario español, de su situación actual y de su comparación respecto de otros países, tomando como referencia básica la demografía médica. El sistema sanitario español está necesitado de mecanismos de evaluación de costes y de resultados en salud, y como destacó el economista José Luís Lancho, coordinador del estudio, «uno de los principales problemas actuales del SNS es la escasa disponibilidad de la información».

Esta «ausencia dramática» de información es una realidad, señalada por el presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, que «sigue sin permitirnos tener datos sobre el número de especialistas y su distribución, porque el registro nacional de profesionales sanitarios no está disponible. No se conoce porque, en los Colegios, los colegiados no están obligados a registrar sus títulos». Para subsanar esa carencia es necesario que se cumpla la LOPS y se ponga en marcha el registro de profesionales. El secretario general de la CESM y portavoz del Foro de la Profesión Médica, Patricio Martínez, destaca la falta de respuesta «a la demanda constante de creación del registro nacional de profesionales, a pesar de que todas las Comunidades Autónomas disponen de datos para poder confeccionar el registro, simplemente por el pago de las nóminas, pero ni los dan ni los centralizan, no los quieren compartir».

Entre las principales conclusiones, el estudio afirma que el sistema sanitario español parece comportarse como un sistema fragmentado. Las variables analizadas evidencian diferencias acusadas y resulta llamativo el grado de dispersión espacial de un elevado número de parámetros y ratios operacionales. Tal heterogeneidad se traslada a los costes unitarios y totales y a los volúmenes de gastos, aunque en el estudio se toman como referencia los hospitalarios.

En cuanto al número de médicos asistenciales por 100.000 habitantes, las diferencias por Comunidades Autónomas son muy importantes aunque tienden a disminuir ligeramente en relación con observaciones anteriores. Pero si se tienen en cuenta todos los valores y su relación con la población de cada unidad geográfica, la tendencia es hacia un incremento progresivo de la desigualdad en la distribución geográfica de los médicos debido entre otras razones a la concentración en determinados núcleos urbanos y a las trabas a la movilidad. El estudio evidencia que la sanidad contribuye a reducir las desigualdades socioeconómicas ya que la dispersión del número de médicos asistenciales por 100.000 habitantes es más reducida en España que la dispersión de la renta per cápita entre Comunidades Autónomas.

 

enportada837figEn el conjunto de los 31 países incluidos en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con datos de 2008, España tiene un número de médicos asistenciales por 1.000 habitantes por encima de la media. En el estudio se comparan los datos de los países de la OCDE y de las Comunidades Autónomas españolas, y se observa que el valor medio de la OCDE es superado por todas las comunidades salvo Melilla, Castilla-La Mancha, Murcia, Ceuta y Andalucía. Tres comunidades, Aragón, Madrid y Navarra, superan a todos los países de la OCDE en número de médicos asistenciales por 1.000 habitantes, por lo que se puede afirmar que están a la cabeza del mundo en este aspecto, pero eso no quiere decir que la distribución sea óptima dentro de cada territorio, como sucede por ejemplo en Aragón, donde existe una concentración de médicos en su capital. Además, se han producido cambios cuantitativos en la demografía médica con la entrada de un porcentaje significativo de médicos extracomunitarios, lo que probablemente ha modificado y rejuvenecido el contingente profesional, reduciendo el impacto porcentual de las jubilaciones esperadas para el final de esta década.

Freno a las expectativas

La crisis ha frenado el crecimiento demográfico experimentado por España en la década anterior tras la llegada masiva de inmigrantes y también ha tenido efectos sobre las expectativas de crecimiento del sistema sanitario. La necesidad de replantear la formación de futuros médicos es otra de las cuestiones que plantea el estudio, afirmando que es necesario tender a un escenario de estabilidad ajustado por las proyecciones correspondientes a un numerus clausus de entre 6.000 y 6.500 plazas anuales para los próximos diez años, tanto en la formación de grado como en la de postgrado. Mantener el nivel actual de 7.000 plazas acabará contribuyendo a un repunte del desempleo medico, como sucedió en la década de los 80-90.

El presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina, Íñigo Noriega, explica que «hace unos años se dijo que había que aumentar el numerus clausus y a día de hoy seguimos aumentándolo. ¿Hay que reducirlo? Lo primero es conocer el número de médicos que van a hacer falta y en qué especialidades, y después usar cada herramienta para lo que sirve. El numerus clausus no sirve para paliar un déficit momentáneo, es un instrumento de planificación a medio y largo plazo». El presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina, Joaquín García Estañ, añade que «la falta de médicos se ha solucionado creando 14 facultades de Medicina más, con 7.000 estudiantes, y por segundo año consecutivo es una cifra superior al número de plazas que se convocan para médicos especialistas. Ahora no hay falta de médicos, pero seguimos formando todos los años 2.000 más de los necesarios».

El estudio señala que el sistema sanitario español se caracteriza por una interrelación importante entre el sector de la sanidad pública y el de la sanidad privada, y cualquier intento de modificación de la política sanitaria, especialmente la de recursos humanos, debería tener en cuenta esta circunstancia. En cuanto al gasto sanitario total respecto del PIB, en España era del 7,2% en el año 2000, mientras el valor medio de los países de la OCDE estaba en el 7,8%, y evolucionó hasta el 9% en el año 2008 hasta alcanzar el valor medio de la OCDE, por lo que la media de gasto sanitario/PIB en España ha crecido a un ritmo mayor que en el conjunto de aquellos países. La participación pública y privada en el conjunto del gasto sanitario total se ha mantenido prácticamente constante. La publica se ha movido entre el 71,6% en 2000 y el 72,5% en 2008, y la privada entre el 28,4% y 27,5%, respectivamente. Sin embargo, este aumento de la inversión en los últimos años no ha tenido una correlación directa en los resultados de salud, según los escasos cambios percibidos en los indicadores.

Este hecho es preocupante si se relaciona con el ritmo de crecimiento del gasto sanitario en España en relación con el PIB. En comparación con el conjunto de los quince países de la OCDE de mayor PIB, el gasto sanitario español ha crecido en los últimos tres decenios a un ritmo elevado. Entre 1980 y 2008, en dólares USA (de valor adquisitivo equivalente y ajustados para eliminar el efecto de la inflación), el gasto sanitario se multiplicó en el conjunto de la OCDE por 2,6; en España por 3,3; en Italia y Alemania, por 2,1; en Francia por 2,6; en los EE.UU. por 2,7 y en el Reino Unido por 3,2. El estudio concluye que parece inevitable un mayor control del gasto sanitario en vista de la crisis económica en la que España se encuentra, que necesariamente repercutirá en la política de recursos humanos, entre los que el médico desempeña, funcional y económicamente, un papel fundamental.

 

Las propuestas del Foro de la Profesión Médica

Primero. Exigimos un Pacto de Estado por la Sanidad que debe contemplar acuerdos globales que hagan posible la sostenibilidad del sistema. En este Pacto es sustancial el acuerdo al máximo nivel político y los partidos deben comprometerse a no utilizar la Sanidad con fines partidistas.

Segundo. Presupuestos realistas y finalistas con una financiación suficiente que responda a una cartera de servicios claramente definida que respete los principios equidad, universalidad y solidaridad.

Tercero. Es necesario incrementar la productividad y eficiencia del Sistema Nacional de Salud mediante un plan estructural de reformas que contemple la reducción al mínimo de la burocracia.

Cuarto. Hay que cambiar el modelo retributivo de los profesionales para vincular buena parte del mismo a los resultados y a la calidad.

Quinto. Rechazamos cualquier recorte que afecte negativamente a la calidad asistencial de los pacientes.

Sexto. Exigimos la creación de una comisión de expertos que estudie el catálogo de prestaciones y que establezca criterios para la evaluación pre y postimplantación de medicamentos, tecnologías sanitarias e innovaciones clínicas como elementos fundamentales a la hora de racionalizar los recursos sanitarios.

Séptimo. Consideramos imprescindible desarrollar una política coherente y de calidad en el ámbito de los recursos humanos, y más concretamente en la planificación de las necesidades futuras de médicos.

Octavo. Desde el liderazgo en la gestión clínica, que nos corresponde por competencia y responsabilidad, los médicos exigimos su potenciación y extensión, como elemento clave para mejorar la eficiencia del SNS.

Noveno. Es urgente que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud funcione con criterios cohesionadores y ejecutivos.

Décimo. Hay que garantizar la Formación Médica Continuada y desarrollar la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), particularmente en lo que atañe al desarrollo profesional.

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  • Modificado por última vez en Viernes, 31 Enero 2014 09:38


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