12 Diciembre 2012

Hace un año y medio, el laboratorio de Investigación Traslacional en cáncer pediátrico del Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR) identificó la implicación de una vía de señalización -vía Notch- en el agresividad, la capacidad invasora y de metástasis de los rabdomiosarcomas, un tipo de cáncer infantil que supone un 8% de todos los cánceres en niños y niñas. Este grupo de investigación del VHIR ha dado un paso más en el conocimiento de la Vía Notch, identificando nuevas proteínas implicadas en el proceso de metástasis en el rabdomiosarcoma. Concretamente, el nuevo estudio identifica dos proteínas: la integrina-α2 y la N-cadherina.

La vía de señalización Notch desempeña un papel clave en la proliferación celular, el crecimiento y la diferenciación de las células de rabdomiosarcoma. También controla su capacidad migratoria y de formación de metástasis y, por tanto, la agresividad que los caracteriza. La sobreexpresión de componentes de esta vía está implicada en diversos tipos de tumores. El estudio, que se ha llevado a cabo, gracias a la ayuda de La Marató de TV3 i que se ha publicado en el British Journal of Cancer (BJC), identifica por primera vez estas dos proteínas, concretamente en el Rabdomiosarcoma. Estas proteínas están «muy relacionadas con la adhesión de las células tumorales, la velocidad a la que se pueden mover y su capacidad invasora o de germinar en otros órganos. Inhibir estas proteínas podría enlentecer o bloquear este proceso de metástasis y, por tanto, podrían considerarse dos nuevas dianas terapéuticas», explica Josep Roma, uno de los investigadores del proyecto.

El estudio ha utilizado anticuerpos monoclonales que bloquean la acción de estas proteínas. Esto se ha traducido en una disminución de la capacidad invasiva de las células tumorales in vitro y, a pesar de tratarse de un tratamiento muy experimental que precisará de validaciones y ensayos clínicos posteriores, existen ya inhibidores selectivos de estas proteínas en fase de ensayo clínico en otros tumores. Por tanto, una vez validados los resultados con los estudios necesarios, su aplicación podría darse relativamente pronto.

Sobre el cáncer infantil

El cáncer infantil afecta a unos 900 niños, cada año, en España. El 8% de los tumores detectados, entre 80 y 90 anuales, son un rabdomiosarcoma. Se trata de tumores malignos que pueden aparecer en gran variedad de localizaciones (extremidades, cabeza y cuello, nariz, orejas, etc.). Según su localización y subtipo histológico y molecular serán más o menos agresivos, con más capacidad invasora, destructora o de metástasis. En los casos más favorables puede haber una tasa de curación de un 80-90%. Pero, si la enfermedad se halla en fase avanzada o se presenta con metástasis, el pronóstico es mucho más desfavorable y la tasa puede ser de un 65%.

Oncólogos pediátricos e investigadores han visto un aumento de la supervivencia del cáncer infantil durante los últimos 15 años, gracias a nuevos tratamientos más individualizados y a una mejor definición molecular del tumor. Aún así, un 20% de los niños con cáncer no se curan.

12 Diciembre 2012

Las exacerbaciones en EPOC originan entre el 10% y el 20% de las consultas en la atención primaria. La prueba de la proteína C reactiva  permite tomar decisiones sobre enfermedades infecciosas respiratorias. Por ejemplo, permite distinguir entre una neumonía y una bronquitis aguda y permite descartar una meningitis (muy útil sobre todo en pediatría). Ahora también se utiliza para saber si una exacerbación en EPOC es bacteriana o no, y si, por tanto, si necesita de tratamiento antibiótico o no.

En este sentido un estudio realizado sobre un grupo de 310 pacientes de 13 centros de atención primaria de la provincia de Tarragona, ha puesto de manifiesto que las exacerbaciones del tipo II y III, es decir, aquellas que sólo tienen uno o dos criterios (aumento de la disnea, aumento de la expectoración y de la purulencia en el esputo), presentaban unos niveles bajos de proteína Creactiva, principalmente en aquellos pacientes sin purulencia del esputo, esto sugiere un origen no bacteriano y el hecho de que en estos pacientes los antibióticos no aportan ningún beneficio, según afirma Carlos Llor, médico de familia e investigador principal

Los pacientes incluidos en el estudio eran mayores de 40 años, fumadores o ex fumadores de más de 10 paquetes/año. La edad media fue de 68 años, el 81% eran hombres, el promedio de paquetes que fumaban era de 38 paquetes/año. Más de la mitad (56.5%) eran fumadores, y el resto ex fumadores.

Según los autores del estudio, han podido constatar que «se trata de una enfermedad infraregistrada». De hecho, en este sentido ya hay estudios recientes, como el de Miravitlles (*) de 2010 que sitúa el infrarregistro en un 70%. Carlos Llor también destaca que «hemos observado que los pacientes que comienzan a notar la sintomatología de la EPOC, con tos, esputos, etc, toman antibiótico antes de ir a visitar a su médico de cabecera. Esto, que ya lo sospechábamos, lo hemos podido comprobar con este estudio».

Finalmente, los autores destacan la importancia de realizar pruebas de espirometría en las consultas de atención primaria para establecer un correcto diagnóstico de la EPOC.

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