10 Enero 2013

El perfil del diabético inmigrante en España se corresponde con el de una persona joven, con peor control metabólico que un nativo, pero sano, ya que presenta menos complicaciones crónicas relacionadas con la salud cardiovascular, lo que proporciona una gran capacidad de mejora en la prevención de estas enfermedades.

Así lo demuestra un trabajo realizado por la Red de Grupos de Estudio de la Diabetes en Atención Primaria de la Salud (redGEDAPS) y publicado en el último número de la Revista Española de Cardiología (REC). Se Trata de la primera investigación epidemiológica nacional que ha permitido obtener datos sobre la diabetes mellitus (DM) de los inmigrantes españoles con el fin de conocer las características clínicas y los factores de riesgo cardiovascular asociados a los inmigrantes en nuestro país, que actualmente suponen más del 10% de la población española. El objetivo principal de estudio IDIME es conocer las características clínicas de la DM y los factores de riesgo cardiovascular asociados en los diabéticos inmigrados a España.

El análisis se ha realizado sobre una muestra de 912 pacientes diagnosticados de DM, de los cuales 605 eran inmigrantes y 305 autóctonos. Dentro del grupo de inmigrantes analizados se encontraban 172 procedentes de Hispanoamérica, 130 procedentes de la región indostaní, 204 de Magreb y 99 de otros países (40 de Europa del este, 24 subsaharianos, 23 de China, 8 del resto de Europa y 4 de Filipinas).

Los resultados del estudio revelan que, en España, existen diferencias en las características clínicas de la DM entre los inmigrantes y los autóctonos. Así, se ha comprobado que el grupo de inmigrantes es un colectivo de diabéticos más joven que los diabéticos autóctonos (aproximadamente 10 años más jóvenes), y que en general padecen menos complicaciones crónicas relacionadas con la salud cardiovascular (accidente cardiovascular, insuficiencia cardiaca, etc).

En este sentido Josep Franch, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y de la Comisión Permanente de la redGEDAPS, señala que, "la investigación demuestra que existen pocos casos de diabéticos inmigrantes mayores, lo que corrobora el hecho de que solo emigran los sujetos más sanos, los laboralmente aptos y que son las malas condiciones de vida del país dónde emigran las causantes de la aparición de dicha enfermedad", y añade, "hemos comprobado que el colectivo inmigrante tiene menos complicaciones derivadas de la diabetes, hecho que probablemente se deba al menor tiempo de evolución de la enfermedad".

El estudio IDIME revela, además, que el control metabólico de los diabéticos inmigrantes es, en general, peor que el de los autóctonos. "Este aspecto, evidencia la necesidad y excelente oportunidad, para los profesionales médicos, de utilizar medidas preventivas y de diagnóstico precoz específicamente dirigidas a la población inmigrante", indica Franch.

El análisis efectuado para evaluar los factores de riesgo, muestra que los diabéticos autóctonos tienen un porcentaje más alto de hipertensión arterial conocida (un 62,4%). Respecto a las variables de control metabólico, se ha observado que los hispanoamericanos son los que tienen un mayor índice de masa corporal (IMC) y que el índice cintura/estatura es menor entre los indostaníes. Además, el grado de control glucémico evaluado muestra que los autóctonos presentan valores medios más bajos que los pacientes inmigrantes.

En relación a su perfil lipídico, la investigación revela que los autóctonos y magrebíes son los que presentan valores medios más bajos de colesterol y triglicéridos, así como cifras medias más bajas de presión arterial diastólica. Los indostaníes, en cambio, presentan índices más bajos de colesterol combinado con lipoproteínas de alta densidad y niveles más elevados de triglicéridos.

En cuanto al control de los distintos factores de riesgo evaluados (glucohemoglobina, hipertensión arterial, colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad o presión arterial) los pacientes autóctonos son los que muestran un mejor control de la glucohemoglobina y de los niveles de colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad, pero cuando se analiza el grado de control de los tres factores conjuntamente, no se evidencian diferencias significativas entre autóctonos e inmigrantes.

Por último, se ha comprobado la historia clínica del paciente para observar el número de complicaciones vasculares que había sufrido cada enfermo. En este aspecto, el análisis revela que, en general, los autóctonos son los que más complicaciones padecen, tanto por accidente cardiovascular (6,6%), como por arteriopatía periférica (12,4%) como por insuficiencia cardiaca (5,4%), y que la afección coronaria es la complicación más prevalente entre los diabéticos autóctonos (15,4) y los indostaníes (13,3%).

Josep Franch destaca que "existen otros factores de desigualdad que no se han podido explorar en este ensayo y que sí deberían incluirse en futuras investigaciones, como es la posición socioeconómica. En Europa, ya se ha constatando que el ser más rico o pobre también es un factor determinante en el desarrollo de la diabetes, y son las posiciones más desfavorecidas las que tienen peores cifras tanto de incidencia, como de prevalencia y mortalidad a causa de esta enfermedad".

Según indica el estudio The impact of ethicity on type 2 diabetes, publicado en el National Center of Biotechnology Information (NCBI), el fenómeno inmigratorio y la adaptación de estas minorías étnicas a la población de destino, ocasiona espectaculares incrementos en la prevalencia de la DM de hasta ocho veces.

09 Enero 2013

La organización colegial que representa a la enfermería española ha hecho público su malestar por la situación extremadamente difícil que está viviendo la profesión, especialmente por el del desempleo, la falta de desarrollo definitivo de las especialidades enfermeras y el retraso injustificado del decreto que regulará la prescripción enfermera.

A finales de diciembre se celebró en Madrid la Asamblea General de la Organización Colegial de Enfermería de España y entre las conclusiones adoptadas destaca la organización, para finales de enero, de una Convención Nacional donde la Organización Colegial al completo decidirá cuál debe ser la hoja de ruta de la enfermería. Como preparación para dicha jornada, ya se ha convocado una reunión nacional que citará a los responsables de las asesorías jurídicas del Consejo General y de todos los Colegios de Enfermería de España.

Cifras alarmantes de paro

Máximo González Jurado informó sobre los últimos datos del desempleo enfermero, donde se pone de manifiesto que la destrucción de empleo en esta profesión sigue aumentando de forma indiscriminada y en estos momentos supera los 20.000 enfermeros. Y por comunidades autónomas, la que tiene las tasas de paro más altas es Extremadura, seguida de Andalucía, Murcia, Castilla-La Mancha, Asturias y Galicia. Además, desde el punto de vista cualitativo, se observa un aumento exponencial de contratos temporales, la inmensa mayoría de ellos de jornada parcial. Los datos señalan que el paro registrado en noviembre pasado fue el más alto que ha habido en nuestro país desde que existen estadísticas de desempleo y que, en los últimos tres años, el paro en esta profesión se ha triplicado.

Asimismo se constata que en los dos últimos años se ha ido al paro el equiparable a toda una promoción de nuevos titulados enfermeros. Los presidentes de la organización colegial han destacado que, en la actualidad, las enfermeras son, sin ninguna duda y con muchísima diferencia, las principales víctimas de la crisis del sector sanitario, lo que está redundando de forma grave en la atención prestada y en la seguridad de los pacientes.

Falta de desarrollo de las especialidades enfermeras

Otro de los temas analizados en la Asamblea fueron las especialidades de enfermería que fueron aprobadas en 2005. Así, cabe destacar que de las seis que ya tienen sus planes de estudios aprobados y sus plazas de EIR asignadas cada año, tan sólo una, matronas, tiene una categoría reconocida en el sistema sanitario. En las otras cinco restantes se da la circunstancia que las enfermeras, tras superar la prueba nacional de acceso a la especialidad y dos años de formación residencial, no pueden ejercer en la especialidad al no estar desarrolladas las categorías profesionales.

A esta situación hay que sumarle el hecho de que la especialidad más relevante de las siete reguladas, Enfermería en Cuidados Médico-Quirúrgicos, no ha visto todavía aprobado su plan de estudios, a pesar de que existe una propuesta presentada que ha sido previamente aprobada por unanimidad por los miembros de su Comisión Nacional y que cuenta con el aval del Consejo General de Enfermería y de las sociedades científicas enfermeras.

Retraso injustificado de la prescripción enfermera

Los presidentes de la enfermería española abordaron también el retraso que está soportando en la actualidad el Real Decreto que debe regular jurídicamente la prescripción enfermera. De dicho Real Decreto, que es un mandato legal establecido en la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios ('ley del medicamento'), ya existe un proyecto de Real Decreto que ha superado los trámites administrativos y está sólo pendiente de aprobación por Consejo de Ministros. Este retraso actúa en perjuicio de la seguridad tanto de los pacientes que son atendidos como de los propios enfermeros, que se ven obligados a seguir prescribiendo medicamentos para poder dar continuidad asistencial a los ciudadanos, sin tener el amparo legal necesario.

En sus deliberaciones, los presidentes de la enfermería española recordaron también que ya existe una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de lo Contencioso Administrativo de la Comunidad Valenciana que condena a una enfermera a más de dos años de inhabilitación por prescribir un paracetamol, "medicamento no sujeto a prescripción médica".

Una condena que podrían sufrir, a día de hoy, la inmensa mayoría de las 250.000 enfermeras y enfermeros que trabajan en España, ya que prescriben medicamentos de forma diaria y reiterada y con el conocimiento y consentimiento de toda la comunidad sanitaria. Para la Asamblea de presidentes, se trata de una sentencia que afecta a toda una profesión pues la práctica totalidad de los enfermeros y enfermeras de este país están jugándose cada día su puesto de trabajo y su futuro profesional prescribiendo medicamentos sin la más mínima seguridad jurídica, una situación "absolutamente crítica" que requiere de una solución inmediata sin ningún tipo de dilación.

09 Enero 2013

Tumores benignos alojados en el riñón pero que cuando sangran ponen en peligro de la vida del enfermo. Son la manifestación de la esclerosis tuberosa, una enfermedad minoritaria que hasta ahora no contaba con más tratamiento que la cirugía, pero que desde ahora podrá tratarse con un medicamento gracias a la investigación realizada durante 3 años (2008-2011) por científicos de la Red de Investigación Renal (REDinREN) que desarrollan su trabajo en la Fundación Puigvert, centro pertenciente al IIB Sant Pau

La esclerosis tuberosa es una enfermedad hereditaria cuya manifestación renal más frecuente son los angiomiolipomas renales, masas tumorales no cancerosas implantadas en el riñón y cuyo principal peligro es el sangrado que evidentemente llega a suponer un peligro vital para el paciente. Hasta ahora no existía un tratamiento específico para la enfermedad y se recurría a la cirugía o embolización para evitar el riesgo de sangrado de estos tumores. Pero dichas intervenciones reducían la cantidad de tejido funcionante del riñón (parénquima renal) con el consiguiente declive de la función renal y las posibles consecuencias que esto puede traer.

Coordinados por Roser Torra, investigadores de la Fundación Puigvert pertenecientes a la REDinREN y en estrecha colaboración con la Asociación Española de pacientes con Esclerosis Tuberosa y con la Plataforma de Enfermedades Minoritarias de la Fundació Doctor Robert-UAB, han desarrollado un ensayo clínico financiado por el Instituto de Salud Carlos III en 17 pacientes de esta enfermedad rara que presentaban angiomiolipomas renales. Los participantes fueron tratados durante 2 años con Rapamicina, un inmunosupresor utilizado habitualmente para evitar el rechazo de órganos trasplantados. Debido al carácter poco frecuente de la enfermedad, esta muestra de 17 pacientes procedentes de toda la geografía española convierte al ensayo en el más amplio realizado hasta el momento tanto por el número de pacientes como por su duración.

Los resultados del equipo de Roser Torra han merecido se publicados en la revista Orphanet Journal of Rare Diseases y muestran que la reducción media del volumen de los angiomiolipomas a los 6 meses era del 55%, reducción que además se mantiene en el tiempo.

El mecanismo para lograr esta reducción es que la rapamicina inhibe a la proteína mTOR. En la esclerosis tuberosa hay una activación permanente de mTOR, proteína que favorece la constante formación de vasos sanguíneos (angiogénesis) y la proliferación celular. Los inhibidores de mTOR contrarrestan el efecto deletéreo de mTOR.

"Este descubrimiento abre por primera vez la puerta al tratamiento específico no invasivo de esta enfermedad minoritaria. El principal problema en la esclerosis tuberosa no es la simple presencia de los angiomiolipomas, sino el riesgo de sangrado que esto conlleva y pone en peligro la vida del paciente. Por eso la disminución en un 55% del tamaño del tumor es muy beneficiosa, porque reduce mucho el riesgo de sangrado. La esclerosis tuberosa hasta ahora solo podía contar con la cirugía y otros tratamientos invasivos y desde ahora podrá tratarse con un medicamento" ha declarado la coordinadora del estudio, Roser Torra.

Referencia bibliográfica: Cabrera-López et al.: Assessing the effectiveness of rapamycin on angiomyolipoma in tuberous sclerosis: a two years trial. Orphanet Journal of Rare Diseases 2012 7:87.

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