Las espondiloartritis, entre las que se incluye la axial no radiográfica, tienen un elevado impacto sociosanitario. Su prevalencia se sitúa en torno al 1,9% de la población general y afectan principalmente a jóvenes entre los 20 y 45 años. La espondiloartritis axial grave afecta mayoritariamente a las articulaciones sacroilíacas y la columna vertebral lo que genera en el paciente dolor lumbar crónico y pérdida de la capacidad funcional.
En opinión de Eugenio de Miguel, adjunto de reumatología del Hospital Universitario de La Paz de Madrid y Coordinador del Grupo de Trabajo en Espondiloartritis de la Sociedad Española de Reumatología (GRESER), “esta nueva indicación va a permitir poner a disposición de los pacientes un nuevo tratamiento que mejorará su calidad de vida de forma sustancial”. “Este medicamento, en concreto, disminuye los procesos inflamatorios, las artritis periféricas y favorece el control de dolor de la columna, previniendo los daños posteriores de deterioro estructural. Este medicamento puede hacer que el pronóstico de la enfermedad cambie y mejore”, asegura este reumatólogo.