14 Marzo 2013

Desde que en 1981 se detectaron los primeros casos de infección por el virus causante del sida, el VIH, los tratamientos han evolucionado y mejorado: se han simplificado, son menos tóxicos y su efectividad es mayor. Tras décadas de investigación, y aunque aún no se ha conseguido curar la infección por VIH, la terapia antirretroviral (TAR) ha demostrado tener un gran éxito y los diferentes medicamentos disponibles hoy han contribuido a aumentar tanto la esperanza como la calidad de vida de las personas infectadas por este virus.

Según los nuevos resultados publicados en la revista científica AIDS, fruto del estudio más completo que se ha hecho hasta el momento, las personas infectadas por el VIH que consiguen controlar bien la infección con terapia antirretroviral y recuperar el sistema inmunitario tienen el mismo índice de mortalidad que la población general. Un buen control de la infección por VIH implica que el paciente responde bien al tratamiento antirretroviral y que tiene un nivel muy bajo del VIH en sangre y un funcionamiento normal del sistema inmunitario.

El estudio ha sido desarrollado por el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, impulsado conjuntamente por la Obra Social "la Caixa" y el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya, en colaboración con otras instituciones internacionales de investigación, y ha sido liderado por la investigadora del University College of London Alison Rodger.

Según el médico e investigador de IrsiCaixa Roger Paredes, del Hospital Germans Trias i Pujol, en Badalona «alrededor del 60% de los pacientes han conseguido recuperar o mantener el sistema inmunitario con el tratamiento y, por tanto, tienen el mismo índice de mortalidad que la población general».

«Es probable que gran parte del exceso de mortalidad asociada al VIH se podría prevenir con un diagnóstico precoz y el inicio de la TAR, junto con un buen seguimiento del paciente que permita una mejor adherencia al tratamiento», concluye Bonaventura Clotet, director de IrsiCaixa. Sin embargo, Clotet puntualiza que este enfoque no es suficiente y recuerda que siempre hay un grupo reducido de pacientes, entre un 10% y un 15%, que, pese a los esfuerzos, no conseguirán una buena recuperación de su sistema inmunitario. «Estamos intentando desarrollar nuevas estrategias y para ello necesitamos más inversión en investigación, tanto básica como clínica», afirma.

Un amplio proyecto internacional

Los investigadores han comparado el índice de mortalidad y las causas de la muerte en adultos infectados por el VIH que mantienen un buen control de la infección con los datos de mortalidad de la población general. Con este objetivo, llevaron a cabo un amplio análisis con 3.300 pacientes que seguían un tratamiento óptimo en el marco de dos ensayos clínicos internacionales, llamados SMART y ESPRIT. El estudio incluyó pacientes que seguían terapia antirretroviral, de edades comprendidas entre los 20 y los 70 años (un 20% eran mujeres y un 80%, hombres), que no eran usuarios de drogas inyectables, con un nivel indetectable de virus en sangre y un número de CD4, la principal diana del VIH, superior a los 350 en cada mm3 de sangre – el nivel normal de estas células en una persona sana es de entre 500 y 1.000 CD4+ células/mm3. En Europa, más del 50% de los nuevos diagnósticos están por debajo de los 350 CD4+ y en África, cerca del 70%. No obstante, en la mayoría de los casos, estos niveles pueden aumentar si se garantiza un rápido acceso al tratamiento en una etapa temprana de la infección.

Durante el periodo de seguimiento del estudio, que ha durado unos tres años, se registraron 62 muertes, pero solo un 3% de estas muertes estaban relacionadas con el sida. El resto, un 97%, se produjo principalmente por dos motivos: enfermedades cardiovasculares y muerte súbita. «El índice de mortalidad fue mayor que el de la población general únicamente en los pacientes con un nivel de CD4+ por debajo de los 500 por mm3», explica Roger Paredes.

Con estos resultados, los científicos han concluido que no hay ninguna evidencia de que los pacientes infectados por el VIH que siguen terapia antirretroviral, con un nivel indetectable reciente de cantidad de virus en sangre, que ha mantenido o que ha recuperado el número de células CD4+ hasta los 500 por mm3 – no importa si en algún momento han estado por debajo de estos niveles –, no tienen un mayor riesgo de mortalidad que la población general. En cambio, por debajo de este nivel, el riesgo de mortalidad todavía es superior al de la población general.

27 Noviembre 2012

Tras la celebración de la Reunión VIH 2012, el pasado mes de mayo, la Plataforma VIH en España presenta el 'Documento de conclusiones' de este encuentro en el marco del Congreso de GESIDA y en los días previos a la celebración del Día Mundial del VIH.

Durante la reunión, se puso de manifiesto la preocupación de los expertos sobre los datos de diagnóstico tardío en Europa Occidental y en España, y sus consecuencias. En este sentido, en Europa Occidental, entre el 45 y 50% de los nuevos diagnósticos de personas VIH positivas se detecta tarde , y por lo tanto, los pacientes también acceden al tratamiento más tarde de lo recomendable, es decir, con un recuento de CD4 <350 células/μl. En España, a pesar de los avances y el mayor conocimiento de la infección cada año se diagnostican alrededor de 4.000 nuevas infecciones y el diagnóstico tardío se sitúa en el 46%.

En relación con estas cifras, Josep María Gatell, Jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona y Coordinador de la Plataforma VIH en España considera que «el diagnóstico tardío se asocia con una peor respuesta al tratamiento, mayores gastos sanitarios y un aumento de las tasas de transmisión».

Según las conclusiones de la reunión, el diagnóstico precoz pasa necesariamente por aumentar el número de pruebas que se realizan actualmente con un cambio en los criterios que se aplican para solicitarlas. La importancia de realizar el diagnóstico a tiempo reside en que cuanto más tarda en detectarse la infección, mayores son la morbilidad y la mortalidad .De hecho, durante el encuentro, los expertos coincidieron en señalar que el acceso a la prueba y al tratamiento temprano son fundamentales para la prevención, sin diagnóstico no hay acceso al tratamiento y la transmisión de la infección es mayor.

Al respecto, Santiago Moreno, Jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal y Co-coordinador de la Plataforma VIH en España señala «los datos nos indican la importancia de la detección temprana, por cada paciente diagnosticado precozmente se evita la transmisión del VIH a tres personas».

En esta línea, se presentaron las recomendaciones del NICE que proponen incrementar el número de test en áreas de alta prevalencia y grupos de riesgo, ante la existencia de enfermedades indicadoras, y trabajar en las barreras que existen en los pacientes y en los profesionales sanitarios.

Para facilitar la eliminación de las barreras que impiden el acceso a las pruebas diagnósticas en España, los expertos proponen diversificar las vías de acceso a la prueba y señalan que el tratamiento mejora el pronóstico de los pacientes y es una medida extraordinaria para prevenir la transmisión del VIH porque reduce la carga viral, incluso ha modificado el abordaje en muchos casos. Por esta razón, según la Plataforma VIH en España, se debe seguir facilitando el acceso al tratamiento y mejorar la adherencia. La adherencia terapéutica es clave y se correlaciona con el éxito del tratamiento en todos los estudios .

Los últimos estudios de evaluación económica destacan el coste-eficacia de un diagnóstico precoz. Un punto clave a la hora de hablar del tratamiento es evaluar el beneficio coste-eficacia y conocer cuál es la mejor manera de optimizar los recursos cuando estos son limitados. Además, según un estudio realizado en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid a cargo de Santiago Moreno, se concluye que el ahorro económico medio en medicamentos e ingresos hospitalarios de un paciente diagnosticado precozmente con VIH se estima en 1.000 € al mes y puede superar los 5.000 € mensuales si el paciente se diagnostica inicialmente de Sida.

Como conclusión, Gatell señala: «además, es imprescindible mejorar las habilidades clínicas sobre las prácticas de riesgo, aumentar la formación para identificar marcadores clínicos y conductuales y promover el diagnóstico precoz. De hecho, según se expuso en la Reunión, es fundamental la sensibilización, formación e información del personal sanitario para identificar marcadores clínicos y conductuales y promover el diagnóstico precoz. De hecho, el 90% de los infectados se realizaron la prueba del VIH por recomendación del médico de Atención Primaria .

La Reunión congregó a más de 200 expertos que debatieron sobre la necesidad de fomentar el trabajo conjunto entre las principales instituciones sanitarias en España y Europa en el diagnóstico precoz del VIH y en el tratamiento como prevención.

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