En este momento, las vacunas disponibles −Moderna y Pfizer-BIoNTech− se presentan en viales multidosis y tienen diferentes requisitos de conservación, preparación y administración. Todas estas circunstancias hacen que los farmacéuticos hospitalarios estén extremando las medidas de seguridad en todos los puntos del proceso para reducir al mínimo los riesgos.
Con ese fin, se han elaborado protocolos sobre el manejo de vacunas que incluyen las instrucciones para su almacenaje, preparación y administración, junto a un procedimiento de emergencia en caso de que la persona vacunada sufra una reacción adversa. Además, se ha proporcionado recomendaciones e información sobre posibles contraindicaciones y precauciones en las personas a vacunar; se han elaborado protocolos para la prescripción y registro de los pacientes vacunados, y se ha informado a los profesionales sanitarios sobre cómo vigilar y notificar acontecimientos adversos tras la vacunación al sistema español de farmacovigilancia.
Según declara Ana Herranz, vocal nacional de Farmacia Hospitalaria del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, «la pandemia ha exigido a los servicios de farmacia hospitalaria un replanteamiento radical y un notable incremento de sus actividades. Entre esas prioridades se incluye, por ejemplo, garantizar el aprovisionamiento de medicamentos específicos de la COVID-19 en una situación de desabastecimiento del mercado farmacéutico».